[...] A veces nos sentimos huérfanas porque trabajamos solitas con nuestra bandeja, de sol a sol, expuestas al frío, al calor e igual a la violencia. Pero somos mujeres negras y perseverantes: si no vendemos hoy, venderemos mañana. Somos un símbolo de resistencia desde la esclavitud. [...]
Maria Lêda Marques, presidente de la Asociación de las Baianas de Acarajé y Colada de Bahia (Abam).
La comercialización del acarajé, según diversos investigadores, tuvo su origen en el período colonial brasileño, cuando las esclavas de ganancia, de alquiler – que trabajaban en las calles para sus patronas – iban por la ciudad vendiendo mercaderías en sus bandejas, como coladas de avena, pescados fritos, acarajé, abará, tortas, especialmente en ciudades como Rio de Janeiro, Salvador y Recife.
En el siglo XIX, la mayoría de las mujeres blancas sólo ejercía actividades domésticas. Cuando eran obligadas a complementar el presupuesto familiar, bordaban, cosían y hacían dulces y otras curiosidades para vender por las calles en las bandejas, que generalmente formaban grupos en el centro de las ciudades, de acuerdo con la etnia, utilizando algunas “esquinas”.
Las esclavas de ganancia eran obligadas a pagar cierta cuantía a sus propietarios, pudiendo quedarse con el resto de lo que vendían. Ese comercio de calle proporcionó a muchas esclavas el sustento de sus familias y, hasta en algunos casos, la compra de su propia libertad, usando los lucros a que tenían derecho.
El oficio contribuyó también para la creación de hermandades religiosas y de candomblé. Gran número de hijas de santo iniciaron la venta del acarajé para cumplir obligaciones religiosas, que tendrían que ser renovadas periódicamente.
Incluso después del fin de la esclavitud, la venta del acarajé continuó como una fuente de renta importante para muchas mujeres brasileñas afro-descendientes, siendo también una de las principales fuentes de recursos de los patios de candomblés, a través del trabajo de sus hijas de santo.
Sus trajes típicos, originarios de las etnias nagô-iorubá, para algunos investigadores, y de Daomé para otros, no sufrieron muchas transformaciones: faldas redondas, batas de algodón, tela en la espalda (pedazo de tela generalmente rectangular, blanco o de colores, usado sobre los hombros y teniendo como principal función distinguir la posición femenina en las comunidades afro-brasileñas), turbantes, hilos de bolitas y otros adornos como collares con los colores de sus orixás, pulseras y balangandãs (abalorios con la imprescindible figa).
La indumentaria era peculiar para las negras y mulatas, siendo utilizadas solamente por mujeres blancas pobres, tenidas como “sin suerte”. A pesar de esto, la princesa Isabel se disfrazó de negra baiana en un baile de disfraces realizado en Londres, el día 7 de febrero de 1865, provocando sorpresa y diversos comentarios en la Corte brasileña.
Conocidas como Baianas de Acarajé o Baianas de Bandeja, principalmente en las calles de Salvador y en otras ciudades de Bahia, son tradicionalmente acompañadas por sus bandejas con acarajé, vatapá, camarón seco, además del abará, lelê, passarinha frita (bazo de vaca, también conocido como hígado de alemán), torta de estudiante, cocada blanca y negra.
Originalmente sencillas, confeccionadas de madera, las bandejas fueron volviéndose más sofisticadas, con revestimiento de vidrio y utensilios caros. Actualmente, una de las innovaciones promovidas por órganos de gobierno baianos es la creación de un patrón para ellas. Los barrios soteropolitanos de Bonfim, Pelourinho, Barra, Ondina, Rio Vermelho, Itapuã y Piatã, entre otros, son los puntos más característicos de las baianas del acarajé en la ciudad.
Aún siendo comercializado en contexto profano, el acarajé es considerado comida sagrada por la mayoría de las baianas, no debiendo ser disociado del candomblé, a pesar de la gran concurrencia actual hecha por bares y restaurantes baianos que lo venden como fast-food.
Algunas baianas, sin embargo, creen que el acarajé es un alimento de Iansã y Xangô, pero que su venta no debe ser restricta a los integrantes del candomblé, pudiendo ser comercializada por personas de otras religiones, desde que sea exigido el respeto a las tradiciones.
Las actividades de las baianas de acarajé incluyen mucho trabajo diario. Se levantan temprano para comprar los ingredientes, que deben ser de buena calidad y a precios accesibles, enfrentan problemas de local para guardar sus bandejas además de un proceso arduo de exposición al sol, a la lluvia y a la violencia.
Con el objetivo de salvaguardar el oficio de la baiana de acarajé, preservando sus raíces africanas, tradición y cultura, fue creada el día 11 de abril de 1992, la Asociación de las Baianas de Acarajé y Colada de Bahia (Abam).
El trabajo de Abam está direccionado para la profesionalización de la actividad, promoviendo cursos de higiene alimentar y gestión financiera para auxiliar a las baianas a administrar mejor sus lucros.
El Ofício de las Baianas de Acarajé se volvió patrimonio cultural inmaterial de Brasil, en agosto de 2005. El inventario que instruyó el proceso fue realizado por el Centro Nacional de Folclor y Cultura Popular.
El registro incluye los rituales de producción del acarajé en Salvador, Bahia: sus rellenos; la forma de arreglar y el uso de la bandeja; el local donde las baianas se instalan para la venta; su comercialización y el uso del traje propio, así como todo lo que deben hacer y saber de la producción y comercialización de las llamadas comidas baianas, hechas con dendê, además de las cocadas, tortas y coladas.
El Día Nacional de la Baiana, instituido por la Ley nº 12.206, de 19 de enero de 2010, es conmemorado el 25 de noviembre, iniciándose las actividades conmemorativas desde el día 20, como el Día de la Conciencia Negra.
Recife, 17 de noviembre de 2010.
fuentes consulted
BAIANAS do acarajé. Disponível em: <www.cultura.gov.br>. Acesso em: 27 dez. 2010.
CANTARINO, Carolina. Baianas do acarajé: uma história de resistência. Disponível em: <http://www.dc.mre.gov.br/imagens-e-textos/revista-textos-do-brasil/portugues/revista13-mat16.pdf>. Acesso em: 27 dez. 2010. Artigo originariamente publicado na Patrimônio – Revista Eletrônica do Iphan (ISSN: 1809-3965).
DAVID, Maria Lenilda. A baiana do acarajé: imagens do real e do ideal. Revista da Biblioteca Mário de Andrade, São Paulo, v. 57, p. 147-155, jan./dez. 1999.
NASCIMENTO, Francesca Rêgo: SERPA, Angelo. A geografia das redes de produção e consumo do acarajé em Salvador: estratégias e conflitos na territorialização das baianas empresárias no bairro do Rio Vermelho. CulturaVozes, ano 95, v. 95, n. 2, p.129-145, mar./abr. 2001
cómo citar este texto
Fuente: GASPAR, Lúcia. Baianas de Acarajé. Pesquisa Escolar Online, Fundação Joaquim Nabuco, Recife. Disponível em: <http://basilio.fundaj.gov.br/pesquisaescolar>. Acesso em: dia mês ano. Ex: 6 ago. 2009 .