Imagem card

La Reforma Agraria en Brasil

La Reforma Agraria no es una mera redistribución de tierras. Es un amplio proceso de cambio que pasa por los campos político, social, técnico y económico. Esencialmente, su objetivo es transferir la propiedad de la tierra de las minorías terratenientes a los pequeños agricultores y trabajadores agrícolas, con el objetivo de lograr una mayor igualdad social, una mejor distribución del poder político y mejoras económicas.

La Reforma Agraria en Brasil

Artículo disponible en: PT-BR ENG

Pasado actualización: 25/05/2022

Por: Lúcia Gaspar - Bibliotecario de la Fundación Joaquim Nabuco - Especialista en Documentación Científica

La reforma agraria no es una mera redistribución de la tierra. Se trata de un amplio proceso de cambio que pasa por el campo político, social, técnico y económico.

 

En esencia, su objetivo es transferir la propiedad de la tierra de minorías terratenientes a pequeños agricultores y trabajadores agrícolas, con el fin de lograr una mayor igualdad social, una mejor distribución del poder político y mejoras económicas.

 

El abolicionismo y la Reforma Agraria

 

Según el historiador y geógrafo ManoelCorreia de Andrade, el movimiento político-social a favor de las campañas abolicionistas y de la reforma agraria, aunque separados por un siglo de distancia, tienen la misma causa remota:

 

surgió como resultado de la conquista del territorio brasileño por parte de los portugueses, del sistema de posesión y uso de la tierra impuesto a la poblaciónindígena que habitaba el vasto territorio y a los grandes contingentes de negros traídos de África para posibilitar el desarrollo de las grandes plantaciones.

 

Los portugueses buscaron desarrollar una agricultura destinada a la producción de alimentos y materias primas tropicales, necesarias para el mercado europeo, así como organizar la explotación de minerales.

 

Bajo este sistema, la tierra era donada a los colonizadores, que debían utilizar gran número de esclavos (indígenas o africanos), para producir bienes de interés para el mercado colonial. Para controlar el acceso a la propiedad de la tierra, diezmaron a los grupos opuestos a la esclavitud y dominaron a la población mediante el uso de la fuerza.

 

Se formó, entonces, una sociedad sin libertad, en su mayoría, en la que la gran concentración de la propiedad de la tierra imposibilitaba el acceso de las personas pobres, pero libres a la tierra para su cultivo.

 

La explotación colonial y la esclavitud duraron tres siglos. En el siglo XIX se iniciaron las manifestaciones por la liberación de los esclavos.

 

La reacción de los negros y de las élites que entendieron que era necesario cambiar el orden social para garantizar el desarrollo de Brasil, tuvo como resultado la abolición de la esclavitud, a través de sucesivas etapas.

 

Con la Ley Áurea (13-5-1888), se abolió definitivamente la esclavitud, pero no resolvía la situación de los esclavos. Las leyes complementarias propuestas por los abolicionistas, destinadas a la creación de colonias agrícolas para los libertos, la expropiación de tierras no explotadas y el desarrollo de la agricultura, no fueron firmadas.

 

La República y la tierra

 

Con la abolición de la esclavitud, la República, que sucedió a la monarquía, trató de sustituir a los esclavos por colonos europeos, especialmente donde se daba la expansión de culturas de exportación, como la del café. A los negros y mulatos les quedaba trabajar en un sistema de Asociación (en el que el pequeño productor pagaba la renta de la tierra con gran parte de su producción agrícola o en efectivo), o desarrollar cultivos de subsistencia para los grandes terratenientes.

 

La enorme extensión del territorio brasileño, unida a la pequeña concentración de población, contribuyó para el surgimiento de los grandes latifundios, que ampliaron sus dominios, forzando la venta de las pequeñas propiedades, o incluso expulsando a sus propietarios del lugar donde vivían.

 

En las áreas más importantes, donde se cultivaban productos de exportación (café, azúcar, cacao), se adoptaron relaciones laborales, convirtiendo al trabajador en asalariado. En las áreas menos dinámicas, con mucha tierra y poca mano de obra, surgieron otras formas de relación (el arrendamiento de pequeños sitios, la asociación y la concesión de tierras por el intercambio de producción).

 

La República retrasó las medidas agrarias que venían siendo defendidas por grupos políticos. En el país surgieron formas de explotación de los trabajadores agrícolas (en su mayoría ex esclavos).

 

Reacciones y primeros cambios  

 

Las revueltas que surgieron siempre fueron destruidas con violencia por los gobiernos vinculados a los grupos dominantes. La revolución de 1930 contribuyó a la ruptura del sistema oligárquico dominante. Nuevos segmentos de la población brasileña se incorporaron a las luchas políticas: la clase media y el trabajador industrial urbano.

 

La Constitución de 1934 presentó avances:

a) garantiza la expropiación por necesidad o utilidad pública, previa indemnización justa;

b) determinó que el trabajo agrícola debía ser regulado, procurando fijar al hombre en el campo;

c) previó la organización de colonias agrícolas;

d) consagra la usucapión;

e) obligó a las empresas agrícolas, ubicadas lejos de los centros escolares, a mantener escuelas.

 

Sin embargo, no ha tenido efectos. Fue reemplazada por la Constitución de 1937, más conservadora, más centrada a los problemas urbanos que a los del sector agrario.

 

Después del final de la Segunda Guerra Mundial, una Asamblea Constituyente redactó la nueva Constitución (1946), que repitió las disposiciones de la Carta de 1934. Los representantes de los terratenientes en la Constituyente permitieron la inclusión de los avances anteriores, pues entendían perfectamente que, con la obligatoriedad de indemnización previa en efectivo, en los casos de indemnización, la reforma agraria no tendría éxito.

 

El impulso de la industrialización, en los años 50, revitalizó la economía mundial capitalista. En Brasil, a partir de 1955, se abren nuevas carreteras, se crearon centrales hidroeléctricas e industrias básicas (siderúrgica, petrolera, automovilística). El proceso de concentración de la renta es creciente. Los cultivos comerciales se están expandiendo en las zonas rurales, alcanzando las tierras ocupadas por pequeños productores.

 

Con el surgimiento de las Ligas campesinas y los sindicatos rurales, el movimiento campesino se organiza como una forma de lucha legal. Cada vez hay más manifestaciones a favor de la reforma agraria, como forma de cambiar el sistema de propiedad de la tierra. Los movimientos se radicalizaron, con huelgas, invasiones de propiedad no utilizadas, y se exigió la reforma “por la ley o por la fuerza”.

 

La gravedad de la situación lleva a la sociedad a preocuparse más por el problema y a debatirlo. En 1963 se lanzó el Estatuto del trabajador Rural, que garantizaba a los trabajadores rurales el derecho al salario mínimo, a vacaciones y descanso remunerados, preaviso e indemnización en caso de despido. El Gobierno crea la Superintendencia de la Reforma Agraria (SUPRA). Estados Unidos presiona a las autoridades brasileñas para implementar una reforma agraria, con el objetivo de suavizar la influencia de la Revolución Cubana en América Latina.

 

Las reivindicaciones sociales se multiplicaron y se afirmaba una mentalidad de cambios, siendo la reforma agraria la más importante. La Revolución de 1964 inicia un período autoritario, donde el movimiento popular del campo está totalmente reprimido.

 

El primer gobierno militar, debido a las condiciones del país y las presiones estadounidenses, elaboró un proyecto de reforma agraria moderado. Transformado en la Ley Núm. 4.504, de 30 de noviembre de 1964, nacía el Estatuto de la Tierra, creando dos órganos: el Instituto Brasileño de Reforma Agraria (IBRA), para cuidar de la reforma de la estructura agraria, y el Instituto Nacional de Desarrollo Agrario (INDA), orientado al proceso de colonización.

 

Estos organismos sufrieron una fuerte presión por parte del sector terrateniente. Posteriormente, se unificaron dando lugar al Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA), en 1970. Las encuestas iniciadas por el IBRA y luego por el INCRA – 1967, 1972 y 1976 – demostraron un dominio completo de los latifundios en el territorio brasileño, que no eran cultivados intensamente, impidiendo que millones de trabajadores tuvieran acceso a la tierra y a la producción. Los minifundios, aun en mayor número, ocupaban áreas pequeñas y representaban un gran volumen de la producción alimentaria brasileña. Tal hallazgo tuvo que ser silenciado.

 

La iniciativa de utilizar tierras restituidas (desocupadas), pertenecientes a la unión y a los estados, en una política de colonización para los trabajadores en tierra de áreas críticas y de tensión social en el medio rural; dio lugar al Programa de Integración Nacional (PIN), y justificaría la construcción de grandes carreteras (Transamazónica, Perimetral Norte, Cuiabá-Santarém). El gobierno también puso en marcha proyectos conservadores, como el PROTERRA (1971), en áreas del Nordeste, por el cual el propio terrateniente ofrecía al INCRA parte de su latifundio, recibiendo indemnización en dinero.

 

El resultado de la política agraria del régimen militar fue el fortalecimiento del poder del latifundio tradicional y desarrolló el latifundio moderno, de las grandes empresas nacionales y multinacionales. Los proyectos agrícolas, agroindustriales, agropecuarios, financiados por el Gobierno, se transformaron en latifundios enormes, apoderándose de las tierras de ocupantes ilegales e indios.

 

Con el énfasis en la política de exportación, se mejoró el sistema de carreteras, con la construcción de autopistas, ampliación de puertos y la modernización de los ferrocarriles. Se incentivó el desarrollo de la tecnología agrícola importada, con un crecimiento de la producción de materias primas y de alimentos (azúcar, cacao, café, tabaco).

 

Los sindicatos pasaron a ser controlados por el Ministerio de trabajo y practicaron una política asistencialista.         

 

Con el fracaso del modelo económico del gobierno militar, comenzaron a surgir huelgas en las áreas donde los agricultores estaban mejor organizados, y donde prevalecía el sistema salarial. Muchos de estos movimientos tuvieron éxito, pero los propietarios no siempre respetaron los derechos garantizados a los trabajadores por la Justicia.

 

La Iglesia Católica y otras instituciones religiosas comenzaron a apoyar a los trabajadores rurales. Hay una creciente conciencia de los problemas del país. Avanza la campaña por las directas ya. Elegido por el Colegio Electoral, Tancredo Neves promete la reforma agraria a los trabajadores del campo. Durante el gobierno de Sarney se crea el Ministerio de la Reforma y Desarrollo Agrario (MIRAD) que, junto con el INCRA, presentan un Plan Nacional de Reforma Agraria (1985).

 

El escenario nacional se vuelve delicado. Por un lado, están los movimientos que exigen la aplicación del Plan de Reforma Agraria, considerado moderado y contradictorio, y los que quieren la reforma inmediatamente, por medio de la ocupación de tierras improductivas. Del otro, los grandes terratenientes radicalizan el proceso y resisten a la aplicación de los cambios.

 

Concepto de la reforma agraria

 

De acuerdo con la Ley Núm. 4.504 (Estatuto de la tierra), de 30-11-64, art. 1, & 1°, “se Considera Reforma Agraria el conjunto de medidas que destinadas a promover una mejor distribución de la tierra; mediante modificaciones en el régimen de su posesión y uso, a fin de atender a los principios de justicia social y al aumento de productividad”.

 

Varios expertos llaman la atención sobre aspectos importantes de la Reforma Agraria:

a) la necesidad de ser un proceso amplio y global, que cuente efectivamente con la participación de los campesinos y beneficie a la mayoría de los trabajadores rurales;

b) la ubicación de la Reforma solamente en el sector primario, o sea, la distribución de los derechos sobre la propiedad de la tierra agrícola, evitándose así tergiversaciones en cuanto a su ámbito, que podría hacer inviable todo el proceso;

c) el establecimiento de una política global que tenga en cuenta la promoción humana, social, económica y política.

d) la rapidez y firmeza del proceso, como la forma de alcanzar metas a corto plazo y de conseguir modificaciones en la estructura latifundista.

 

La Reforma Agraria es, por lo tanto, un proceso de cambios estructurales que tiene como objetivo distribuir los derechos sobre la posesión y uso de la tierra y el control de su producción, asegurando la participación de la población rural en los beneficios del desarrollo.

 

Etapas del proceso

 

Para la mayoría de los autores, dos puntos son estratégicos para el éxito de la Reforma Agraria: rapidez y alcance. El período de su duración debe ser de cinco a diez años como máximo. Es esencial, también, que alcance a todo el territorio nacional, lo que es esencial para la consolidación de las acciones y para impedir la aparición de la resistencia anti-reformistas.

 

Sin embargo, debido a las dimensiones del territorio nacional, las acciones a desarrollar no pueden ocurrir al mismo tiempo y en todas partes. Hay que respetar las prioridades, teniendo en cuenta las necesidades más urgentes de cada región o área específica. Lo que hay que evitar es la implantación de programas en áreas aisladas, en detrimento de otras, pues favorece la formación de focos de resistencia contra las reformas.

 

Las etapas que deben componer un proceso de reforma agraria no necesitan seguir una secuencia obligatoria, pudiendo variar o incluso ser eliminadas, dependiendo del desarrollo específico de cada área.

 

Primera etapa

 

Se refiere al reconocimiento del problema agrario, en relación con el nivel de vida de la población rural, constatándose cómo se encuentra su situación económica, social y política.

 

En esta etapa se detectan los defectos del funcionamiento de la agricultura de la región estudiada y sus relaciones con la posesión y el uso de la tierra.

 

Segunda etapa

 

Es la fase de planificación. Es común que ocurran errores en la evaluación de los datos recolectados, creándose proyectos técnicamente perfectos, pero alejados de la realidad, lo que hace inviable su ejecución.

 

Cada área debe merecer un tratamiento específico, según la etapa de desarrollo en que se encuentre.

 

Tercera etapa

 

Corresponde al período de ejecución y requiere la aplicación de instrumentos legales tales como expropiaciones, transferencia de la propiedad de la tierra. La participación del trabajador rural es esencial para convertirlo en el principal agente del desarrollo.

 

El éxito o el fracaso de un proceso de reforma agraria están directamente relacionados con la comprensión por parte de la población de los programas y proyectos formulados y de la integración con las fuerzas interesadas en las reformas. En esta etapa deben constituirse entidades de clase, para fiscalización y evaluación de las acciones realizadas.

 

Consolidación

 

La reforma agraria estará o no consolidada, dependiendo del nivel alcanzado por los cambios, en lo que toca a la posesión, uso y disfrute de la tierra y a los factores de producción.

 

Las fallas estructurales previamente existentes deben desaparecer, para que no haya posibilidad de revertir los cambios producidos.

 

Conflictos por la propiedad de la tierra

 

La diferencia de intereses entre los pequeños agricultores y los grandes terratenientes ha generado conflictos en todas las regiones de Brasil. Para los agricultores la tierra es fundamental para su sustento, mientras que para los propietarios es fuente de ingresos.

 

Los tipos de conflictos más comunes han sido:

a) las que se producen en las zonas de expansión de frontera agrícola (Maranhão y Bahía), donde los trabajadores se instalan como ocupantes ilegales y cultivan la tierra con sus familias. Terminan siendo expulsados por los grandes grupos económicos o grandes terratenientes. 

b) Donde hay ganadería y pequeña producción de alimentos. Los ganaderos, estimulados por el creciente mercado de la carne de vacuno, buscan ampliar sus áreas de pastoreo, expulsando a los socios y arrendatarios, y presionando a los pequeños propietarios para que vendan sus tierras.

c) los provocados por las expropiaciones hechas para construcción de represas o para instalación de sistemas de riego. Perjudican a los pequeños agricultores que cultivan la tierra a orillas de un río. Las cantidades recibidas en concepto de indemnización no son suficientes para comprar otras tierras en las mismas condiciones, y terminan siendo gastadas, dejando a innumerables familias en la miseria. Los socios y arrendatarios que viven en granjas no son indemnizados y se quedan también sin ningún medio de supervivencia.

 

También cabe destacar el problema de los indios que, por falta de demarcación de sus tierras, viene siendo expulsado por la acción de los grileiros.

 

El problema en los últimos años

 

La marcha de tres meses de los sin tierra, que llegó a Brasilia el 17 de abril de 1997, se convirtió en una de las mayores manifestaciones ocurridas en la capital federal, y reavivó la cuestión agraria.

 

La publicación, en enero de 1998, de un documento del Vaticano titulado Hacia una mejor distribución de la tierra – el desafío de la Reforma Agraria, también causó una gran repercusión. Las reacciones al documento fueron inmediatas y extremas.

 

El tema tomó el rumbo de la radicalización. El Movimiento de los Sin Tierra intensificó las invasiones de tierras, como forma de presión. En el lado opuesto, los agricultores están formando grupos armados para detener la acción de los sin tierra.

 

En regiones como en el sur de Pará, la Policía Federal y el Ejército tuvieron que ser llamados para calmar las situaciones imperantes. En el norte y nordeste de Brasil los propietarios contratan pistoleros para defender sus tierras.

 

El MST, fundado en 1984, en Rio Grande do Sul, responsable de que la reforma agraria vuelva a estar presente en la conciencia nacional, ha demostrado ser no solo un movimiento social, sino también político e ideológico. Además de las invasiones de tierras, productivas o no, empezaron a invadir órganos públicos, empresas e incluso bienes históricos, catalogados por el Patrimonio Histórico, Artístico Nacional – Iphan, habiendo participado también de saqueos a supermercados y de secuestros de camiones que transportan productos alimenticios; en compañía de los afectados por la sequía, con el objetivo de ganar mayor visibilidad en la opinión pública y aumentar su poder de presión sobre los poderes públicos. Sus líderes afirman que el objetivo del MST es cambiar el modelo de la sociedad.

 

Actualmente, hay denuncias de irregularidades en cuanto a la aplicación de los recursos destinados a mejoras en los asentamientos y al pago de asistencia técnica. En Pernambuco, el Tribunal de cuentas del Estado detectó malversación de fondos públicos en al menos cinco asentamientos del MST.

 

 Consideraciones finales

 

El principal reclamo de los trabajadores rurales ha sido la reforma agraria. El Estatuto de la Tierra aún no se ha aplicado realmente. Las estructuras existentes, el poder político mantenido por los grandes terratenientes y empresas con latifundio, resisten e impiden los cambios.

 

La complejidad misma de la reforma agraria, con características diferentes de un área a otra, en lo que se refiere a las formas de uso y posesión de la tierra, y la cuestión de los recursos financieros para las expropiaciones y asentamiento de los colonos beneficiados, dificultan su ejecución.

 

Para que la reforma sea completa, no puede limitarse únicamente a la redistribución de la tierra. Debe ir acompañada de una política de crédito rural (con intereses y plazos compatibles con la actividad agrícola), de asistencia técnica, de un sistema de investigaciones y técnicas de comercialización. Política que aporta un sentido de organización comunitaria basado en elementos sociales, ecológicos, económicos y políticos. Política de producción de alimentos para la exportación y el consumo interno.

 

La reforma agraria debe tener alcance para cubrir todas las áreas y todos los hombres del campo, para que puedan ejercer sus derechos. Derechos al trabajo, a la alimentación y a la tierra. Derechos anteriores a cualquier derecho de propiedad.

 

Esta reforma no debe repetir los errores de los programas y proyectos anteriores, que fijaron metas nunca alcanzadas, que beneficiaron al latifundio y frustraron al pequeño propietario. Eso acabó destruyendo vastas zonas agrícolas, con inundaciones de tierras a causa de la construcción de grandes represas, provocando el desempleo de pequeños productores. También de proyectos agrícolas que no han mostrado ninguna preocupación social y ecológica.

 

Una reforma sin radicalismos, democrática, destinada a elevar el nivel de vida del trabajador rural. Una reforma que promueva la paz social en el campo y la modernización agrícola en todo el territorio nacional, y que logre armonizar la libertad de iniciativa con la valorización del trabajo humano.

 

En Brasil, hacer la reforma agraria es una cuestión de justicia social y exige una toma de posición de toda la sociedad, de manera que permita el desarrollo pleno del país.

 

Vocabulario Explicativo

 

Asentamiento: es el lugar donde se instalan los trabajadores rurales y sus familias, beneficiados con expropiaciones promovidas por el poder público, y comienzan a explotar las tierras que les pertenecen.

Expropiación: es el acto unilateral de derecho público, con repercusión en el derecho privado, por el que se transfiere la propiedad individual, previa y justa indemnización, a quien la utiliza, en interés de la colectividad.

Frontera Agrícola: cinturón de pioneros donde avanza el asentamiento de los agricultores, ocupando terrenos forestales.

Grileiro: representante de los grandes terratenientes, encargado de expulsar a los ocupantes ilegales, preparando la ocupación de tierras vacías por estos mismos terratenientes.

Latifundio: propiedad rural con tierra no cultivada, explotada por un solo propietario. También hay latifundios pertenecientes a grandes empresas rurales industrializadas.

Minifundio: es la propiedad rural que ocupa áreas más pequeñas que el latifundio, y cuyas tierras son cultivadas. 

Oligarquía: forma de gobierno en la que el poder está en manos de unas pocas personas. La oligarquía rural se caracteriza por el enorme poder económico y político que tienen los grandes terratenientes.

Ocupantes ilegales: personas que toman posesión de tierras vacías, sin embargo, poseer su propiedad.

Usucapión: modo de adquisición de la propiedad de un bien mueble o inmueble, mediante la posesión ininterrumpida y pacífica durante un determinado periodo de tiempo.

 

 

Recife, 24 de febrero de 2005.

fuentes consulted

ANDRADE, Manoel Correia de. Abolição e reforma agrária. São Paulo: Ática, 1987. 86 p. Inclui bibliografia.

ANDRADE, Manoel Correia de. O Nordeste e a Nova República. Recife: ASA Pernambuco, 1987, 129 p. il.

ANDRADE, Manoel Correia de. Nordeste: a reforma agrária ainda é necessária? Recife: Guararapes, 1981. 119 p. Inclui bibliografia.

BIRAL, Mário. Planos regionais de reforma agrária. Reforma Agrária, Campinas (SP), a.16, n.2, p. 4-10, ago/nov 1996.

CARDOSO, Eliana; HELWEGE, Ann. Reforma agrária na América Latina: o que tem o Brasil a aprender com a Bolívia, o México e o Peru? Revista Brasileira de Economia, Rio de Janeiro, v. 45, n.2, p. 251-285, abr/jun 1991.

COELHO, Jorge. Por que reforma agrária. Recife: FUNDAJ Ed. Massangana 1985. 76 p. il (Estudos e pesquisas, 38).

A CONJUNTURA agrária de 1997 e o documento do Vaticano sobre reforma agrária. Caderno do CEAS, Salvador, n. 174, p. 81-85, mar/abr. 1998.

ENCONTRO NACIONAL DE GEOGRAFIA AGRÁRIA, 6, 1985, Garanhuns (PE). Comunicações. Recife: FUNDAJ, Ed. Massangana, 1985, 283 p. il.

GARCIA, César et al. A questão agrária e a SUDENE. Recife: SUDENE, POLONORDESTE, 1984. 98 p.

NOGUEIRA, Antonio de Pádua Ferraz. A reforma agrária da Nova República e sua inviabilidade sócio-econômica e jurídica. In: ASPECTOS econômicos, jurídicos e sociais da reforma agrária. São Paulo: Sociedade de Produtores de Açúcar e de Álcool, [s.d.], p. 41-61.

POMAR, Wladimir. Reforma agrária, uma questão controvertida. Reforma Agrária, Campinas (SP), v. 15, n.1, p. 8-17, jan/abr. 1985.

PETRY, André; OINEGUE, Eduardo. O que eles querem. Veja, São Paulo, a.31, n.22, p. 42-48, 3 jun. 1998. 

 

PROJETO Nordeste: Programa de Apoio ao Pequeno Produtor Rural: debate regional. Recife: Movimento Muda Nordeste, 1985. 353 p.

REALE, Miguel. Os pressupostos da reforma agrária. In: ASPECTOS econômicos, jurídicos e sociais da reforma agrária. São Paulo: Sociedade de Produtores de Açúcar e de Álcool, [s.d.], p. 23-40.

SEMINÁRIO SOBRE O PRIMEIRO PLANO NACIONAL E REFORMA AGRÁRIA, 1985, Recife. Reforma agrária em debate. Organizador Dirceu Pessoa. Recife: FUNDAJ, Ed. Massangana, 1986. 179 p. Inclui bibliografia.

WLADIMIR NETTO. Caso de polícia. Veja, São Paulo, a.31,n.14, p. 28-30, 8 abr. 1998.

cómo citar este texto

Gaspar, Lúcia. La Reforma Agraria en Brasil. In: PESQUISA Escolar. Recife: Fundação Joaquim Nabuco, 2005. Disponible en: https://pesquisaescolar.fundaj.gov.br/pt-br/artigo/reforma-agraria-no-brasil/. Acceso en: día, mes, año. (Ej.: 6 agosto. 2020.)