“[...] más un monumento histórico, testigo de un pasado remoto, cederá lugar a nuestro progreso urbano [...]” (Jornal do Commercio, Recife, de 13 oct. 1966 apud Loretto, 2008)
La hermandad del Senhor Bom Jesus dos Martírios, fundadora de Igreja dos Martírios, se instituyó en el año 1773 en la Matriz de Nossa Senhora do Rosário da Vila do Recife, y estaba formada por hombres negros y criollos. En 1775, se transfirió a Igreja de Nossa Senhora do Paraíso, donde se colocó la imagen del Senhor dos Martírios. En esa época, los compromisos de la Hermandad ya habían sido aprobados y, entre ellos, una procesión anual.
Fue necesario, entonces, construir una capilla para el "culto de su Venerado Patrono, la sagrada imagen del Senhor Bom Jesus dos Martírios" en un terreno donado, en 1782, por el sargento mayor José Marques do Vale y su esposa Senhora Ana Ferreira, ubicado en el extremo de Vila de Santo Antônio. Concluida la capilla, la hermandad y la imagen del divino patrón fueron trasladados allí.
El 20 de marzo de 1787, el provisor del obispado, Dr. João Soares Moriz concedió la licencia para la construcción de Igreja dos Martírios, en el mismo lugar que la capilla. Ubicada en rua Augusta (que correspondería, hoy, con los módulos 3 y 4 del Camelódromo, en Av. Dantas Barreto) su fachada daba a un callejón que terminaba en Igreja de Nossa Senhora do Terço. Hasta su conclusión pasaron cinco años (1791-1796). A pesar de que fuese un templo pequeño, si comparada con otras iglesias de la ciudad, poseía un valor incomparable, principalmente por la fachada principal en estilo rococó (última etapa del barroco), considerado una das más bellas expresiones arquitectónicas.*
Con la construcción de la Iglesia, la procesión se consolidó y, por aproximadamente cien años, era la primera en salir por las calles de Recife, marcando el inicio de la cuaresma.
El itinerario de la procesión contemplaba los barrios de São José y Santo Antonio: partía de Igreja dos Martírios y recorría varias calles en dirección a Igreja de Nossa Senhora do Carmo; a continuación, iba hasta Igreja de Santo Antonio y de ahí hasta Praça Sergio Loreto, volviendo por Rua Augusta (extinta), regresando así a Igreja dos Martírios.
Según los investigadores, además de los compromisos comunes a las iglesias junto a la comunidad, la Hermandad fundadora de Igreja dos Martírios mantenía actividades “secretas” a favor de la abolición, entre ellas la recaudación de fondos a través de las Juntas de Alforrias, que ayudaban a los negros en su lucha por la libertad. Además, las Hermandades, al principio, estaban lideradas por negros de Angola que, con el tiempo, no permitieron el ingreso de otras naciones, generando así disidencias. En consecuencia, surgieron otras hermandades como la de São Benedito, Santa Ifigênia, Santo Elesbão y del Senhor Bom Jesus dos Martírios.
A pesar de la importancia histórica, arquitectónica y religiosa, Igreja dos Martírios es, irónicamente, casi siempre recordada por hecho de que su demolición abrió el paso para la construcción de la Av. Dantas Barreto. Curiosamente, en períodos dictatoriales y autoritarios, se destruyeron varios monumentos de Recife: Igreja do Paraíso (1944), durante el Estado Novo, 1937-1945, en los gobiernos de Novaes Filho (alcalde), Agamenon Magalhães (gobernador) y Getúlio Vargas (presidente); e Igreja dos Martírios (1973), durante el Gobierno Militar (1964-1985), en las gestiones del alcalde Augusto Lucena, del governador Eraldo Gueiros Leite y del presidente Gal. Emílio Garrastazu Médici.
Registra la historia que la creación de Av. Dantas Barreto tuvo origen en la propuesta de Ulhôa Cintra, aprobada en 1943, y que las discusiones a favor y en contra de su construcción fueron intensas. A finales de la década de 1940, años siguientes y, sobre todo, en la década de 1960 y 1970, periodo de las dos gestiones del alcalde Augusto Lucena, se devastó el barrio de São José transformando el espacio urbano de Recife en nombre del progreso. Iniciadas por Novaes Filho, Pelópidas Silveira y Augusto Lucena dieron continuidad a las demoliciones que extinguieron a varios edificios en el barrio Santo Antonio. En São José fueron seis cuadras, "más de 400 casas, 11 calles (Augusta, Santa Teresa, do Alecrim, das Hortas, Dias Cardoso, entre otras), el Patio do Carmo e Igreja do Senhor Bom Jesus dos Martírios".
Es importante registrar que en la gestión de Pelópidas Silveira (feb. a ago. 1946) hubo una modificación del plan original de la avenida: en vez de que la Dantas Barreto mutile el patio de Igreja de São Pedro, tirada abajo desde 1938, el alcalde alteró el proyecto de Ulhôa Cintra y, con eso, comprometió directamente la permanencia de Igreja dos Martírios, que no había sido demolida. Ese año, ya existía, en Recife, el 1º Distrito do Serviço do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional (SPHAN, luego DPHAN y, hoy, IPHAN) dirigido por Sr. Ayrton de Almeida Carvalho que, ya en el primer mandato de Lucena (1964-1968), no estuvo de acuerdo con el entusiasmo de construir “obras viales en detrimento del patrimonio histórico”. En 1946, incluso con la amenaza del derrumbe, Igreja dos Martírios no fue defendida ni por la Hermandad ni por otras instituciones.
En la década de 1950, cuestionada y criticada la viabilidad de la construcción de la avenida en relación a las prácticas urbanísticas y las circulación vial, además de los gastos y la utilidad, las obras paran en el Patio de Igreja de Nossa Senhora do Carmo. Igreja dos Martírios seguía en pie.
Con el golpe militar (1964) Augusto Lucena vuelve a la Alcaldía de Recife, dando continuidad a la construcción de la avenida, concluyendo el tramo entre el Edificio Igarassu, ubicado en Av. Nossa Senhora do Carmo, hasta Rua Tobias Barreto. A partir de entonces, las discusiones entorno al derrumbe de Martírios empezaron nuevamente con más fuerza. La sociedad se dividió: el DPHAN sugirió y presentó cinco trazados para defender y preservar la Iglesia, ya que existía una preocupación y se cuestionaba el mantenimiento y la restauración de los monumentos y sitios históricos. Al DPHAN se unieron otras voces que juntas se transformaron en manifestaciones, las cuales, al final del mandato de Lucena, desaceleraron las discusiones.
A pesar de que el reemplazante de Lucena, Geraldo Magalhães (1969-1970), había pedido y aceptado una propuesta alternativa para la construcción de la avenida y la permanencia de Igreja dos Martírios, el proceso político-institucional que movía esa “batalla” no permitió que en tan poco tiempo de gestión las cosas estuviesen solucionadas.
Con el regreso de Lucena a la Alcaldía de Recife (1971-1975), la decisión de derrumbar Martírios se concretó. El año 1971 fue al auge de los conflictos. Varias instituciones se vieron involucradas: la Alcaldía de Recife, el 1º Distrito del IPHAN, además del Instituto Arqueológico, Histórico e Geográfico Pernambucano (IAHGPE), la Hermandad de Senhor Bom Jesus dos Martírios, Consejos Federales, Estadales y Municipales de Cultura, la Faculdade de Arquitetura da UFPE, la Academia Pernambucana de Letras, entre otras. El conflicto alcanzó dimensiones judiciales.
La Hermandad recorrió al Consejo Estadal de Cultura, el IPHAN providenció la demolición (conseguida el 23 de junio de 1971) y la Alcaldía empleó argumentos sobre la conservación de la Iglesia, la suspensión de algunas actividades eclesiales, la falta de uso, el riesgo de desmoronamiento que amenazaba la vida humana, además de buscar el apoyo legal que el poder municipal tenía para destruir edificios que amenazaran la integridad de la población. Con tales argumentos Lucena obtuvo el apoyo de historiadores, más de la mitad de la mesa de concejales de la Cámara Municipal, de la mayoría de los diputados estadales, de algunos diputados federales, entidades de clase patronal y empresarial, de los miembros del Consejo Municipal de Cultura y de algunas entidades civiles y religiosas, incluso de la Arquidiócesis.
En oposición al alcalde resistieron periodistas y escritores: Ariano Suassuna, Leonardo Dantas Silva, Paulo Malta, Orlando Parahym, Nilo Pereira, Marcos Vinícios Vilaça, los arquitectos Lúcio Costa y José Luiz Mota Menezes, la UFPE. Hubo también innumerables manifestaciones en los medios, además de correspondencias enviadas a la Alcaldía, que solicitaban que el templo no fuese destruido.
A pesar de todas las manifestaciones a favor de Igreja dos Martírios, Lucena consiguió por influencia política que el presidente Emílio Garrastazu Médici, en concordancia con el parecer del Ministro de Educación Jarbas Passarinho, firmara el Decreto 70.389 de 11 de abril de 1972, que autorizaba la demolición de Igreja dos Martírios. Con este decreto que sellaba la destrucción de la iglesia , Lucena apuró la conclusión de la avenida y, en la mañana del 23 de enero del 1973, Igreja dos Martírios fue derrumbada. En septiembre del mismo año, se inauguró Avenida Dantas Barreto.
Se realizaron muchas demoliciones en nombre del progreso en Recife. Con esto, la ciudad ya perdió tres iglesias: la de Corpo Santo (1913), Igreja de Nossa Senhora do Paraíso (1944) e Igreja dos Martírios (1973). Actualmente, lo que restó de Igreja dos Martírios se exhibe permanentemente en Museu da Cidade do Recife: las puertas, la campana, la tela de la nave central y otras piezas.
Recife, 30 de abril de 2009.
(Actualizado el 14 de septiembre de 2009).
fuentes consulted
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cómo citar este texto
Fuente: BARBOSA, Virgínia. Igreja dos Martírios. Pesquisa Escolar Online, Fundação Joaquim Nabuco, Recife. Disponible en:<http://basilio.fundaj.gov.br/pesquisaescolar>. Acceso en: día mes año. Ej.: 6 ago. 2009.