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Convento Franciscano de San Antonio (Recife, PE)

Séptimo convento franciscano erigido en Brasil, y el cuarto bajo la advocación de Santo Antônio de Lisboa, el Convento Franciscano de Santo Antônio es quizás una de las obras más antiguas de Recife.

Convento Franciscano de San Antonio (Recife, PE)

Artículo disponible en: PT-BR ENG

Pasado actualización: 14/06/2023

Por: Semira Adler Vainsencher - Investigador de la Fundación Joaquim Nabuco - Máster en Psicología

El séptimo convento franciscano erigido en Brasil, y el cuarto bajo la advocación de San Antonio de Lisboa, el Convento Franciscano de San Antonio es quizás una de las obras más antiguas de Recife. El 28 de octubre de 1606, los frailes franciscanos de Olinda decidieron construir un convento para atender a la población presente en Arrecife (antiguo nombre de Recife) y que transitaba alrededor de su puerto.

Para ello, los frailes aceptaron la oferta de un dueño de ingenios, Marcos André, que donó 56 brazas de tierra para la edificación de un convento, en la isla de los Navíos. Posteriormente, dicha isla recibió el nombre de Antônio Vaz, en homenaje a un portugués que, hasta el año 1605, ejerció en Recife las funciones de “Portero de la Aduana de Recife” y de “Juez de las Ejecuciones”. Esa isla, tiempo después, se transforma en el actual barrio de San Antonio.

En 1613, el fraile Bernardino de Jesús da por concluida la construcción de un primitivo hospicio y de su oratorio, cerca de la Praça da República, y lo mismo se llama San Antonio, El Santo lisboeta, patrono de Recife.

Durante la invasión holandesa, en la tercera década del siglo XVII, el templo está rodeado de murallas y transformado en una fortificación rectangular, con cuatro baluartes y diecinueve cañones de varios calibres: se convierte en Fuerte Ernestus.

El lugar vuelve a ser utilizado como templo, a partir de 1640. Sin embargo, esta vez el convento se encuentra orientado a los servicios religiosos de la Iglesia anglicana, es decir, se dirige a los militares que hablan la lengua inglesa y trabajan en la Compañía de las Indias Occidentales. En esta época, el Convento de San Antonio gana una torre con un reloj.

Tras la expulsión de los flamencos, el convento vuelve a ser propiedad de los franciscanos. Se da inicio, entonces, a las obras para su reparación y para la adición del ala de la enfermería. Cabe mencionar que, en la actualidad, este terreno está ocupado por el Palacio de Justicia.

Continuando con las reformas, en los primeros años del siglo XVIII, los franciscanos sustituyen la capilla original por la Casa de ejercicios. En este lugar, los hermanos de la Tercera Orden erigen su iglesia principal, ampliada a partir de 1753, que viene a llamarse Casa del Noviciado. Según las grabaciones en la piedra arenisca de la fachada, las obras del nuevo templo se extienden hasta el año 1770.

Conservando las líneas principales del siglo XVIII, el convento y su iglesia forman, en la actualidad, un conjunto armonioso, con magníficos detalles. La capilla mayor, por ejemplo, se encuentra iluminada por una claraboya y posee una cúpula semiesférica, cubierta por azulejos portugueses policromados - de color azul, amarillo, verde y blanco -, del tipo alfombras (del siglo XVII), que forman diseños con motivos florales. En el templo se pueden apreciar hermosas tallas doradas y pinturas en el techo. La pintura de la nave central fue obra del artista Sebastião Canuto da Silva Tavares.

Grandes paneles de azulejos D. João V, presente en el cuerpo de la Iglesia, reproduce episodios de la vida de San Antonio, así como sus milagros. Una rejilla de hierro se utiliza para separar la nave central del templo de la Capilla Dorada de la Tercera Orden de San Francisco.

En la portería, es posible apreciar un Cristo Crucificado y, en la sala de visitas, están expuestos hermosos muebles de palisandro, así como sillas de paja. Se pueden admirar tres hermosos paneles de azulejos: los mártires de Ceuta, los mártires de Japón y los mártires de Gorcum (Países Bajos).

Además de estos, otros veintisiete cuadros de azulejos, con episodios del Génesis, se encuentran en el claustro inferior y en los pasillos: la creación del mundo, Adán y Eva y el paraíso, la caída, la expulsión del Edén, la muerte de Adán, Caín y Abel, la torre de Babel, Noé, el diluvio, Abram, Henoc, entre otros.

En la sacristía se ven repositorios, cómodas, baño y varios cuadros pintados al óleo. Poseyendo tiradores en plata, los muebles fueron confeccionados por el maestro del siglo XVIII José Gomes de Figueiredo, el mismo que fue responsable por la fabricación de los armarios empotrados, presentes en las demás iglesias pernambucanas. Estas piezas miden 3,20 m por 2,13 m, tienen 48 cajones cuadrados y superficies que son, alternativamente, cóncavas y convexas.

Como se observa en la mayoría de las iglesias antiguas, detrás de la sacristía hay un pequeño cementerio. En el patio (bastante pequeño, también), se levanta un crucero de piedra, rodeado por una barandilla, que se colocó allí en 1840.

A mediados del siglo XX, durante algunas reformas que se llevaron a cabo, se encontró una hermosa franja de azulejos entre el claustro superior e inferior, por encima de las arcadas. Estos azulejos son de origen flamenco (producidos en Delft, Países Bajos) y se cree que formaban parte de la colección de Fuerte Ernestus. En ellos se pintaron una gran variedad de diseños: delfines, caballos, flores, ballenas, leones, liebres, jabalíes, elefantes, ciervos, sirenas, monstruos, veleros, jarrones con flores, caballeros, niños jugando.

Además de representar la mayor colección de azulejos, de la época de la presencia holandesa en el País, se constituye, aún, en uno de los más conservados y respetados acervos del Patrimonio Histórico y Artístico de Brasil.

En la capilla del Convento de San Antonio hay cuatro paneles de azulejos, con subtítulos en portugués arcaico, cuyos temas se refieren al rosario de Nuestra Señora. Los paneles son los siguientes:

- La batalla contra los Moros
 - El árbol del Rosario
 - La Mujer en el Pozo
 - La Peste de Coimbra (en el altar mayor)

 El púlpito del convento es de autoría de Francisco Manuel Béranger, natural de Nantes (Francia), que llegó a Recife en 1816. Son famosos, incluso, y llevan su nombre, los conjuntos de canapé y sillas de brazo y de guarnición, presentes en el templo, conocidos como estilo Béranger (o, también, pernambucano).

El convento exhibe el emblema de la Orden de los Frailes Menores, su frontispicio presenta esculturas de arenisca, que contienen cinco arcos de piedra labrada, y hay una torre empotrada en su lado izquierdo. Al lado del Palacio de Justicia, en la parte que da a la rua do Imperador D. Pedro II, se colocó una placa con los siguientes dichos:

En este lugar existió el Fuerte Ernesto levantado por los holandeses en el siglo XVII (Memoria del Inst. Archeologico).

 

 

 

Recife, 22 de julio de 2003.

fuentes consulted

BARBOSA, Antônio. Relíquias de Pernambuco: guia aos monumentos históricos de Olinda e Recife. São Paulo: Fundo Educativo Brasileiro, 1983 .

FRANCA, Rubem. Monumentos do Recife. Recife: Secretaria de Educação e Cultura, 1977.

SILVA, Leonardo Dantas. Pernambuco preservado: histórico dos bens tombados no Estado de Pernambuco. Recife: [s. n.], 2002.

cómo citar este texto

VAINSENCHER, Semira Adler. Convento Franciscano de Santo Antônio (Recife, PE). In: Pesquisa Escolar. Recife: Fundação Joaquim Nabuco, 2003. Disponible en:https://pesquisaescolar.fundaj.gov.br/es/artigo/convento-franciscano-de-san-antonio-recife-pe/. Acceso el: día mes año. (Por Ej.: 6 ago. 2020.)