El arte de la arcilla es una actividad milenaria que existió hace más de 3.000 años antes de Cristo. En Brasil es una práctica muy representativa de la cultura popular.
Es una herencia dejada por los indios. Las Indias fabricaban juguetes de barro para sus hijos y objetos domésticos como recipientes, cuencos, abrevaderos, ollas y modelaban de acuerdo con su creatividad y/o necesidad, y pintaban con pinturas fuertes y coloridas, inspiradas en la naturaleza.
La artesanía de arcilla es una producción espontánea que parte de la sensibilidad e ingenuidad del artesano.
El campesino es astuto y tiene una imaginación fértil para crear. Utiliza el barro para hacer algo que le brinde placer, belleza y arte, haciendo de la artesanía una fuente de ingresos para su subsistencia.
Los artesanos del barro son artistas anónimos esparcidos por los bosques del Norte y Nordeste de Brasil. En muchos municipios del Nordeste de Brasil y, en particular, en Pernambuco, es grande la práctica de la artesanía de barro, fabricada de forma rústica en Caruaru, Tracunhahém y Goiana, que son las ciudades que más se destacan en la producción de cerámicas utilitarias y ornamentales en el Estado.
En Caruaru, la práctica de la artesanía de barro se originó en el Alto do Moura, lugar donde vivió el Maestro Vitalino, que se destacó en la producción artesanal de Pernambuco y se convirtió en el alfarero más conocido del Nordeste. Sus esculturas han tenido y siguen teniendo éxito en Brasil y en el extranjero.
Tracunhaém, localizado en el bosque norte del estado de Pernambuco, es conocido como el “centro cerámico”, porque la mayoría de la población se dedica a la producción de santos en barro.
Entre los principales artesanos de esta región merece destacarse Zezinho de Tracunhahém, que modela sus piezas representando a San Antonio, San Pedro, San José, Padre Cícero y otros.
Goiana, la tierra del barro, ubicada a 50 kilómetros del Recife, tiene como principal actividad el modelado de imágenes de barro que recuerdan a santos patronos de la Iglesia Católica (San Pedro, San Antônio, San Expedito) y de figuras representativas del folclore de la zona del bosque; tales como el agarrador de cangrejo, el vendedor de piña, el tirador de coco, el pescador. También están representadas las heroínas de Tejucupapo, el maracatu rural, el pastoril, las lavanderas, los mendigos, los carboneros y diversas otras representaciones que expresan y enriquecen la cultura regional.
Los artistas que más sobresalen en la artesanía de barro son Zé do Carmo y Gercino Santos, ambos conocidos internacionalmente por su talento y creatividad.
Recife, 1 de julio de 2003.
fuentes consulted
ALMEIDA, Renato. Artes plásticas folclóricas. Revista Brasileira de Folclore, Rio de Janeiro, v. 10, n. 28, p. 228-258, set./dez. 1970.
A CERÂMICA é técnica milenar. Suplemento Cultural D. O. PE, Recife, v. 15, p. 16-17, set. 2000.
ARTESANATO de barro. Foto nesse texto. Disponível em: <https://decasapramoda.wordpress.com/2015/02/23/artesanato-riqueza-cultural-brasileira/>. Acesso em: 2 ago. 2016.
MACHADO, Clotilde de Carvalho. O barro na arte popular brasileira. Rio de Janeiro: Lídio Ferreira Júnior Artes Gráficas e Editora, 1977. 214 p.
MIGUEZ, Renato. Ceramistas populares de Pernambuco. Revista Brasileira de Folclore, Rio de Janeiro, v. 10, n. 28, p. 228-258, set./dez. 1970.
cómo citar este texto
MACHADO, Regina Coeli Vieira. Artesanía del barro. In: PESQUISA Escolar. Recife: Fundação Joaquim Nabuco, 2003. Disponible en: https://pesquisaescolar.fundaj.gov.br/pt-br/artigo/artesanato-do-barro/. Acceso en: día, mes, año. (Ej.: 6 agosto. 2009.)