En su mayoría los cangaceiros recibían o adoptaban algunos apodos, los llamados “nombres de guerra” que, de manera general, eran relacionados a sus características personales, habilidades o hechos biográficos.
En el fútbol brasileño siempre fue común que los jugadores fueran conocidos por apodos. Algunos ya los traen de casa, otros los reciben de los compañeros de equipo.