Capiba (Lourenço da Fonseca Barbosa)
Pasado actualización: 27/02/2023
Siempre compuse para todos los géneros musicales. El frevo también me encanta porque me da una supervivencia artística constante como compositor.
Me presento en carnavales de Pernambuco desde 1934, para mantener una fogata que arde desde los años 1920, es decir, manteniéndome activo y sin perder el foco. Pero mi punto débil son las canciones, valsas y serestas. En septiembre de 1930, cuando llegué a Recife para trabajar en el Banco do Brasil S/A, de pronto traté de organizar con otros compañeros de estudios la Jazz Band Acadêmica, una orquesta que dominó las salas de Recife en esa época.
Como director de la orquesta que fundé, yo tenía que ser académico. Y, para ello, hice la selectividad para estudiar derecho, en 1931, y poder ostentar el título honorífico de académico, ya que todos los demás elementos de la orquesta eran estudiantes de la enseñanza superior. Donde yo vivía, aunque dormía en la habitación en la que nació el gran abolicionista, Joaquim Nabuco, no asimilaba sus conocimientos y enseñanzas y, por lo tanto, no aprobé la selectividad ese año. Aprobé la selectividad al año siguiente. Así, ya no engañaba a nadie más. Yo era, de hecho y de derecho, académico a todos los efectos. (Hoy, a lo largo de los años, ya no se dice académico, sino universitario). Se salvó el honor del patrono de la Fundación Joaquim Nabuco.
Y debido a mi empeño como estudiante de Derecho, concluí el curso en 1938. Ahí está, una cosa más que la música me dio, –no sé si algo bueno o malo. Lo único que sé es que: nunca fui a recoger mi diploma que, seguramente, está en la Secretaría de la famosa primera escuela de Derecho del País.
Antes dije que mi punto débil son las canciones, valsas, serestas y, de hecho, lo son. Entonces, en 1931, lancé mi tarjeta de presentación como compositor de la Valsa Verde, con hermosos versos de Ferreyra dos Santos. Con esta valsa, se abrieron los caminos para mí, el tímido patán de Surubim. Surgieron otros éxitos.
En 1932, É de Tororó, escrita por Ascenço Ferreira, un género musical que lancé, en las salas de Recife, al frente de la Jazz Band Acadêmica.
En 1933, Coração, Que Mais Queres? con versos del poeta Leovigíldo Júnior.
Nuevo éxito en 1934: É de Amargar –frevo que todos en Recife cantaron a una sola voz, en el carnaval de ese año. Hasta hoy, se recuerda ese frevo en las salas de los grandes y pequeños clubes de la Capital del Frevo –Recife. A partir de entonces, ya no tengo nada que decir sobre canciones de carnaval.
Todos en Recife conocen mi trayectoria. A lo largo de todos esos años, escribí una serie interminable de canciones con los más importantes poetas brasileños e, incluso, extranjeros. Entre ellos, puedo citar Carlos Drummond de Andrade, Manuel Bandeira, Vinícius de Moraes, Ariano Suassuna, Carlos Penna Filho, João Cabral de Mello Neto, Alfonsus Guimarães, Ascenso Ferreira, Jorge de Lima, Geraldo Brasil, Jayme Griz, Langston Hughes y muchos más. Para el Teatro Estudiantil y para el Teatro Popular del Nordeste (TPN), del que fui presidente y compositor oficial, musiqué varias piezas, como: "A Pena e a Lei" de Ariano Suassuna, "La mandrágora" de Maquiavelo, "Don Perlimplín con Belisa en su Jardín", de García Lorca, "Cabra Cabriola" de Hermilo Borba Filho y, más recientemente, "O Coronel de Macambira" del poeta Joaquim Cardozo, entre otras más.
Antes, había musicado una crónica del periodista Guerra de Holanda, publicada en la sección "Bacia de Pilatos", del Diário da Noite, titulada: Haja Pau, que luego se convirtió en una pieza para el Teatro de Títeres, por José de Moraes Pinho.
Participé del Movimiento Armorial que Ariano Suassuna lanzó a principios de los años 70, componiendo una pieza en 3 movimientos, que se llama Sem Lei Nem Rei, título de la novela de Maximiano Campos, publicada por la Editorial "O Cruzeiro”, en 1968. Esa fue la primera pieza que se hizo del género, a pedido del propio creador del movimiento. No podía dejar de rendir homenaje a mi maestro y amigo, el Maestro Guerra Peixe, que me dio la oportunidad de recorrer un camino de música, no diré erudita, pero de carácter superior.
Mi amistad con Guerra Peixe empezó cuando Teófilo de Barros Filho, que aún estaba en São Paulo, le pidió que orquestara mi Suite Nordestina, originalmente hecha para el piano. La Orquesta Sinfónica de Recife interpretó esa pieza, en 5 movimientos, bajo la regencia del Maestro Vicente Fittipaldi, se compuso basado en la idea, es decir, la sugerencia, de cinco cuadros en una exposición del gran pintor y amigo Lula Cardoso Ayres.
Para aprovechar la presencia del Maestro Guerra Peixe en Recife, a pedido de la Rádio Jornal do Commercio, a finales de los años 50, él me dio clases de composición y armonía, lo que me hizo componer con más consciencia. A lo largo de las clases, compuse algunas piezas para el piano (Instantáneos n0 I y n0II), una pieza para flauta travesera, en 2 movimientos, que dediqué al flautista argentino Esteban Eitler, que la interpretó no solo en Brasil, sino en todo el mundo. Para mí, fue una gran experiencia. No seguí con ese género musical porque era muy difícil que alguien las interpretara y, sobre todo, porque ya estaba muy acostumbrado al éxito fácil de mis producciones populares.
Agosto 1982.
Recife, 21 de julio de 2003.
*Texto escrito por el propio Capiba.
cómo citar este texto
Biblioteca Blanche Knopf. Capiba (Lourenço da Fonseca Barbosa). In: Pesquisa Escolar. Recife: Fundação Joaquim Nabuco, 2003. Disponible en: https://pesquisaescolar.fundaj.gov.br/es/artigo/capiba-lourenco-da-fonseca-barbosa/. Acceso el: día mes año. (Por Ej.: 6 ago. 2020.)