Bernardo Vieira de Melo nació en la freguesia de Muribeca, hoy Jaboatão dos Guararapes, en el Estado de Pernambuco, en la segunda mitad del siglo XVII. Hijo de Bernardo Vieira de Melo, capitán de ordenanza, hidalgo caballero de la Casa Real y de D. Maria Carmelo de Melo. Su primer casamiento fue con D. Maria de Barros, con la cual no tuvo hijos y, en segundas nupcias, se casó con D. Catarina Leitão, teniendo cuatro hijos.
La historia de Bernardo Vieira de Melo trae como destaque su actuación como administrador, militar y político. Fue gobernador y capitán mayor de la capitanía de Rio Grande do Norte (1695-1700) y pacificó esta región donde la hostilidad entre los indios y los portugueses era permanente. Anteriormente, ejerció varias funciones: Capitán de Rio Grande, Capitán de Infantería, Teniente Coronel de Ordenanzas, Capitán mayor de Igarassu por Carta Regia del 25 de septiembre de 1709, y Capitán de Caballos. Entre las expediciones que comandó destacan: la del ataque final al Quilombo de los Palmares, Pernambuco; la que combatió a los indios Tapuias, en Araborá; y la que fundó el Arraial de Nossa Senhora dos Prazeres (1696), al margen izquierdo del Rio Açu (o Piranha), en Rio Grande do Norte, punto de refuerzo para la conquista del sertão. Fue de este Arraial que él inició la reunión en aldeas de los indios que permitió el establecimiento de los colonos y, en consecuencia, el surgimiento de la población de São João Batista da Ribeira do Céu. Concluida su gestión como gobernador de Rio Grande do Norte (1700), volvió para Pernambuco, siendo nombrado Comandante del Tercio de Linha de Recife.
No obstante, es como personaje de la Guerra de los Mascates (1709-1714) que Bernardo Vieira de Melo es más conocido. Esta guerra se caracterizó por una lucha de clases: la de los mercaderes o comerciantes portugueses – llamados mascates –, habitantes de la entonces población de Recife, y la de los señores de ingenio, los nobles de Olinda – los “pies rapados”, como los mascates los llamaban.
En el inicio del siglo XVIII, el comerciante portugués ajustaba los precios de sus productos de acuerdo con su interés, aún sabiendo que Pernambuco pasaba por una fuerte crisis económica causada por la caída del precio del azúcar en el mercado internacional, y por el hecho agravante del descubrimiento de las minas de oro y diamantes en Minas Gerais. Debe añadirse a esos acontecimientos, que la mayor parte de los esclavos africanos iba para Minas Gerais y Rio de Janeiro y no para Recife o Salvador, como ocurrió en los siglos XVI y XVII. Por eso, el precio del esclavo negro aumentaba, su falta en la agricultura provocó una bajada de las cosechas y el precio del azúcar disminuyó, lo que llevó a los ingenios a una situación crítica.
Los nobles de la Villa de Olinda, la capital de Pernambuco creada por Duarte Coelho, controlaban los cargos en el Senado de la Cámara y no admitían que los mascates pudiesen ser allí representados ni que Recife fuese elevada a la categoría de villa, tornándose así independiente de Olinda. Sin embargo, se sabe que el motivo de todo ese rechazo era el orgullo de los olindenses por sus títulos nobiliarios, el prejuicio de clase y el odio al comerciante portugués (alegaban que eran europeos y no brasileños).
Para ejemplificar el grado de rivalidad entre los olindenses y los recifenses existe el caso de la procesión de cenizas: en Olinda, todos los años, el miércoles de cenizas, la Orden Tercera de São Francisco realizaba la procesión de cenizas; en Recife también había un monasterio de São Francisco, donde los miembros de aquella Orden siempre quisieron hacer, en el mismo día, la procesión de las cenizas y el pedido les era negado. Los olindenses argumentaban la distancia de Recife para la sede del obispado, que era en Olinda, a lo que los recifenses respondieron y probaron lo contrario. En otra ocasión, los recifenses propusieron un acuerdo: en un año saldría la procesión de cenizas de Olinda y, el jueves, en Recife; al año siguiente, sería lo inverso y, así, alternadamente. Pedido negado. El Cabildo (conjunto de los canónigos de una catedral) inclusive “lanzó la excomunión a todo aquel que auxiliase al recifense en su designio, así como a quien quiera que viese la procesión”. A pesar de esa actitud los recifenses continuaron a hacer la procesión todos los años, y, en ese ínterin, Lisboa aprobó el pedido de los recifenses.
El pretexto para el inicio de la Guerra de los Mascates fue una Carta Regia, del 19 de noviembre de 1709, que elevó la población de Recife a la categoría de Villa y la colocación del pelourinho de la nueva villa, el 15 de febrero de 1710, con la aprobación del gobernador Sebastião de Castro e Caldas.
A partir de estos hechos, siguieron otros que trazaron el destino de Bernardo Vieira de Melo: en octubre de 1710, por haber dado apoyo a los comerciantes portugueses, levantando el pelourinho, y por la tentativa de demarcar los límites entre las dos villas, el gobernador Sebastião de Castro e Caldas sufrió un atentado y, junto con sus auxiliares y amigos, huyó hacia Salvador; Recife entonces fue ocupado por los olindenses, el pelourinho destruido y las autoridades recientemente nombradas fueron detenidas. Los rebeldes siguieron hacia Olinda donde, en reunión en el Senado de la Cámara, discutieron a quién entregarían el gobierno aunque, legalmente, en la línea de sucesión, debería asumir el obispo D. Manoel Álvares da Costa.
Según algunos historiadores, fue en este momento que la importancia histórica de Bernardo Vieira de Melo quedó definida. Como edil del Senado de la Cámara de Olinda, precisamente el día 10 de noviembre de 1710, él propuso la independencia del Brasil para librar al país del yugo de los portugueses con un gobierno republicano aristocrático semejante al de Venecia. Inclusive, admitió Bernardo Vieira de Melo que, una confrontación, si necesario, sería más honroso para los olindenses entregarse a los franceses que servir a los mascates. Se considera, de esta forma, que esta propuesta sea la primera iniciativa republicana, el “primer grito de independencia” en el Brasil. Sin embargo, la gran polémica en torno de este hecho es la inexistencia de documentos que comprueben la propuesta del concejal. El Acta de la reunión del Senado en que habría ocurrido la propuesta nunca fue localizada. Aún así, delante de una serie de evidencias y considerando la Guerra de los Mascates una “verdadera lucha de clases entre la nobleza de Olinda y la burguesía de Recife” varios historiadores aceptan el carácter republicano del movimiento.
Por causa de aquella propuesta de independencia y de sus acciones contra los mascates, Bernardo Vieira de Melo sufrió un atentado, fue perseguido, tuvo su cabeza puesta a precio, se entregó a las autoridades y fue detenido, junto con otros líderes pernambucanos, su hijo y algunos parientes. Estuvieron en la Fortaleza do Brum, después fueron remitidos hacia Lisboa y allá recluidos en la cárcel de Limoeiro. El 10 de enero de 1714, el ilustre pernambucano muere en la prisión, en los brazos de su hijo, siendo sepultado en el Mosteiro do Carmo, Portugal. Su hijo André Vieira de Melo fallece el 14 de abril de 1715.
Recife, 25 de octubre de 2006.
(Actualizado el 14 de septiembre de 2009).
fuentes consulted
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cómo citar este texto
Fuente: BARBOSA, Virgínia. Bernardo Vieira de Melo. Pesquisa Escolar Online, Fundação Joaquim Nabuco, Recife. Disponible en:<http://basilio.fundaj.gov.br/pesquisaescolar>. Acceso en: día mes año. Ej.: 6 ago. 2012.