El Amazonas cubre un área de 7.584.421 km², que comprende los siguientes países de América del Sur: Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
Originariamente, fue ocupada por grupos indígenas salvajes y especies nativas pertenecientes a la flora y fauna de América del Sur.
El proceso de civilización de esas comunidades indígenas tuvo inicio a partir de la ocupación colonial europea a fines del siglo XVIII, con la fundación de misiones religiosas, que tenían por finalidad domesticar y catequizar a las poblaciones que habitaban las áreas ribereñas de la cuenca amazónica. En la ocasión de la catequesis hubo muchos conflictos entre colonos y colonizados, lo que provocó la extinción y la huida de muchas comunidades hacia el interior de la región.
Grupos de científicos, etnólogos y etnógrafos que estudian la región desde los inicios registraron hasta hoy la existencia de miles de grupos de etnias autóctonas; que ocuparon y aún ocupan las áreas territoriales de los países de América del Sur, que se diferencian en sus aspectos culturales, en los usos, costumbres y en el lenguaje.
El Amazonas brasileño incluye los estados de Pará, Amazonas, Maranhão, Goiás, Mato Grosso, Acre, Amapá, Rondônia y Roraima. Son 5.033.072 km² de bosques, tierras y aguas, equivalente al 5 % de la biodiversidad mundial y más del 66 % de todo el Amazonas.
La presencia de bosques continuos abarca cerca de 3.650.000 km², que corresponde al 15 % del total de la masa biológica vegetal terrestre, formando un ecosistema equilibrado y autosuficiente, que transforma y reabsorbe todo lo que en ella muere. Como es el caso de los árboles que al mismo tiempo que se disgregan del suelo y caen, pronto surgen de la lama diversas especies de plantitas que contribuirán a la gran variedad de árboles milenarios, que varían entre 40 a 300 especies diferentes por hectárea.
Actualmente, la biodiversidad de la Selva Amazónica alcanza alrededor de 5.000 especies de árboles de más de 15 cm de diámetro. En ella el ecosistema interactúa ante los constantes cambios ambientales, favoreciendo la preservación de la fauna y de la flora, promoviendo el perfecto equilibrio entre los seres vivos y el medioambiente.
Ejemplos típicos de este fenómeno natural son la reforestación que se da a través de los detritos de las aves y de la contribución de los peces, habitantes de las aguas del río Amazonas; que además de formar parte de la fauna marina, desempeñan un importante papel en la preservación forestal, en el período de las lluvias, cuando los árboles permanecen sumergidos, por muchos meses. Se alimentan de sus frutos y depositan las semillas en otros lugares, donde pronto aparecen nuevas plantas. Con el tronco de los árboles, las raíces y los hongos que se aglomeran bajo el suelo del bosque, se da la ósmosis, que es el proceso de filtración de los compuestos nutritivos orgánicos e inorgánicos; contenidos en las aguas de las lluvias, evitando que los mismos escurran hacia los ríos y mares.
La fauna amazónica es considerada una de las mayores reservas de biomasa viva del planeta. Se estima que hay alrededor de 6.000 especies de animales, mamíferos, aves, peces, insectos, gusanos, ratones de campo, protozoos, bacterias y hongos.
La cuenca del Amazonas se caracteriza por numerosos ríos y arroyos. Su principal río es el Amazonas, cuya anchura varía entre cuatro y cinco kilómetros, llegando a medir en algunos tramos hasta diez kilómetros de longitud. Es el río más extenso y más largo del mundo por volumen de agua. Nace en el glaciar de Yarupa, en Perú, a cinco mil metros de altitud y recorre unos 6.577 km. Durante este recorrido, recibe el nombre de Marañon. Cuando entra en el territorio brasileño pasa a llamarse río Solimões y al encontrarse con el río Negro, de Amazonas. Antes de desembocar en el océano Atlántico, recibe agua de más de mil afluentes, formando la red hidrográfica más grande y compleja del mundo con unos 6.000.000 km².
A pesar de existir, en la Constitución Federal, cláusulas que regulan la explotación de los recursos naturales renovables del Amazonas, dentro de los estándares legales de una política ambiental, con utilización de tecnologías modernas; las prácticas de extracción de minerales, vegetales (deforestación), la pesca y caza depredadoras han sido practicadas de forma abusiva, a lo largo de los años. Los propios habitantes nativos, los ocupantes ilegales y grandes empresarios, utilizando técnicas rudimentarias, que provocan graves problemas al medioambiente, destruyen la biodiversidad, provocando desequilibrio en el ecosistema mundial e influenciando negativamente en la calidad de vida de los habitantes de la región.
Desde hace algunas décadas el Amazonas se ha convertido en atracción universal para brasileños y extranjeros, no solo por la extrema belleza natural de la fauna y de la flora que en ella habita, sino por la necesidad de una intervención política urgente en la gestión socioambiental; a fin de preservar y garantizar la sostenibilidad, los recursos naturales no renovables, la biodiversidad y la calidad de vida de los pueblos del planeta.
Recife, 30 de marzo de 2004.
fuentes consulted
FURTADO, Lourdes Gonçalves. Amazônia: desenvolvimento, sóciodiversidade e qualidade de vida. Belém: UFPA, 1997. 165 p.
LEONEL, Mauro. A morte social dos rios. São Paulo: Perspectiva; Instituto de Antropologia e Meio Ambiente; Fapesp, 1998. 263 p.
SALATI, Eneas et al. Amazônia: desenvolvimento, integração e ecologia. Sâo Paulo: Brasiliense, 1983. 327 p.
cómo citar este texto
MACHADO, Regina Coeli Vieira. Amazonas. In: PESQUISA Escolar. Recife: Fundação Joaquim Nabuco, 2004. Disponible en: https://pesquisaescolar.fundaj.gov.br/pt-br/artigo/a-amazonia/. Acceso en: día, mes, año. (Ej.: 6 agosto. 2020.)